Que más siento,
Tienen más sentido, que el no sentir…
Y es que entrego mis poesías a desconocidos,
Y ni son mías, ni son desconocidos…
Y no temo que me roben,
No pueden quitarme…lo que simplemente es mío…
Y si no lo doy,
Se perderá en el olvido…
Y es que beso sin promesas,
Por que siento sin-sentido,
Y no reservo el chocolate, ni las fresas,
Para la caducidad de los días venideros…
Nada es estático, ni para siempre…
Y afronto, ante el espejo,
Las consecuencias de lo inesperado,
De lo inevitable y de lo postergado…
Aunque desde lo conocido…
Me dirija a la incognoscible,
Siempre desconcertado, incierto e indeterminado.
Y es que el sin-sentido del miedo
También acecha a los valientes del cementerio,
Y no tanto a los cobardes que aferrados a la vida,
Y al antropocentrismo inerte,
Se ensalzan en su trono egocéntrico,
Esperando que de la nada,
Les ilumine la suerte.
Y yo libre…me ensalzo con ellos,
Porque a su vera, a veces, el sol calienta, y no quema…
Pero entre vivos y muertos,
Me voy con ellos,
Con las estrellas negras,
Con los ángeles quietos,
Y los sueños despiertos…
Y es que no tiene sentido lo que digo,
Pobre ignorante ilusa…
Que no entiende ni el cuadrado,
Ni el círculo, ni el triángulo con su hipotenusa…
Pero vivo y muero,
Y a cada paso, amo, lo viejo y lo nuevo,
Y agradezco, siempre agradezco,
Los brazos…que me entregan ingrávida al descanso, y al sueño.
Y es que entrego mis poesías a desconocidos,
Y ni son mías, ni son desconocidos…
Y no temo que me roben,
No pueden quitarme…lo que simplemente es mío…
Y si no lo doy,
Se perderá en el olvido…
Y es que beso sin promesas,
Por que siento sin-sentido,
Y no reservo el chocolate, ni las fresas,
Para la caducidad de los días venideros…
Nada es estático, ni para siempre…
Y afronto, ante el espejo,
Las consecuencias de lo inesperado,
De lo inevitable y de lo postergado…
Aunque desde lo conocido…
Me dirija a la incognoscible,
Siempre desconcertado, incierto e indeterminado.
Y es que el sin-sentido del miedo
También acecha a los valientes del cementerio,
Y no tanto a los cobardes que aferrados a la vida,
Y al antropocentrismo inerte,
Se ensalzan en su trono egocéntrico,
Esperando que de la nada,
Les ilumine la suerte.
Y yo libre…me ensalzo con ellos,
Porque a su vera, a veces, el sol calienta, y no quema…
Pero entre vivos y muertos,
Me voy con ellos,
Con las estrellas negras,
Con los ángeles quietos,
Y los sueños despiertos…
Y es que no tiene sentido lo que digo,
Pobre ignorante ilusa…
Que no entiende ni el cuadrado,
Ni el círculo, ni el triángulo con su hipotenusa…
Pero vivo y muero,
Y a cada paso, amo, lo viejo y lo nuevo,
Y agradezco, siempre agradezco,
Los brazos…que me entregan ingrávida al descanso, y al sueño.
Ay, Asana... Cuánto dices, cuánto vives, cuánto amas, cuánto entregas... Hoy me siento feliz de poder caminar a tu lado desde siempre...
ResponderEliminarEste poema es un canto a la vida en el sentido más amplio.
Muchos besitos
Qué bonito es todo esto, Asana, desde la primera frase a la última!
ResponderEliminarMe llena por dentro y por fuera lo que escribes...Expresas tantos sentimientos con un cuerpo pequeñito y un alma inmensa...Y esos ojazos tan negros que contienen el universo y los dioses hablando entre ellos y transmitiendo a tu boli tantas palabras de amor , gozo y sufrimiento.
ResponderEliminarUn besazo de Nanita.
Luz, caminar a tu lado también es un placer para mí...además de necesario/inevitable, un placer. : ) Gracias
ResponderEliminarAmi, Me alegra que te guste! Gracias por leerlo y disfrutarlo!. Un Beso
Nanita, me dejas sin palabras...(que raro) ante ese comentario.Gracias. Es un placer poder transmitirte/transmitiros tanto,un abrazo.
ocurre a veces...que las cosas sin sentido..son las que dan sentido a nuestras vidas...
ResponderEliminarhermoso texto...¡¡
un abrazo